“La familia está destrozada” así reaccionó la familia de Pablo Lyle al ver que lo encarcelaban

Los familiares del actor Pablo Lyle, quien fue declarado culpable de homicidio involuntario, se encuentran “destrozados” tras el veredicto que puede llevar al mexicano a pasar largos años en prisión. “La esposa lo abrazó y su hermano también”, dijo la reportera Azucena Cierco de Al rojo vivo. A pesar de que la primera reacción de los familiares del actor mexicano al veredicto fue casi nula, cuando llegó la hora de que se lo llevaran a prisión, su esposa Ana Araujo y el hermano del actor fueron a su lado para abrazarlo y besarlo.

Mercedes Arce, pareja del hombre al que Lyle ha sido convicto de matar, lloró desconsoladamente al escuchar la lectura del veredicto. Muy calmado Lyle, respondió a los cariños de la madre de sus hijos y su hermano. Posteriormente se dejó poner las esposas. La fiscal estatal de Miami-Dade, Katherine Fernández Rundle, aseguró que la conclusión de este juicio es una prueba de la naturaleza destructiva de los altercados y peleas generados por incidentes de tráfico. “Dos vidas destruidas por un simple enojo en una vía de circulación, una situación que ocurre con demasiada frecuencia en nuestras calles y en las calles del país”. A Lyle, de 35 años, se le acusaba en el juicio de un delito de homicidio involuntario por la muerte de Hernández, de 63 años, con quien el actor tuvo una disputa por un incidente de tráfico en marzo de 2019.

De acuerdo a la policía, Lyle se desplazaba al aeropuerto de Miami con su esposa Ana Araujo y sus hijos en un auto conducido por su cuñado cuando se atravesaron ante otro vehículo, que era conducido por Hernández. Este se bajó en un semáforo y golpeó el auto en el que viajaba el actor. En un video del incidente, se observa a Lyle bajar de su auto, acercarse a Hernández y propinarle un golpe que lo hace caer al suelo. Después el mexicano regresa a su auto y abandona el lugar. Hernández fue trasladado a un hospital, donde falleció cuatro días después a causa de un traumatismo. Tras ser imputado, Lyle se quiso amparar en una ley estatal de la Florida que permite defenderse incluso con fuerza letal si uno teme por su vida, pero el tribunal rechazó su petición.